Cómo afrontar la semana previa a una competición “importante” en gimnasia rítmica.

Cómo afrontar la semana previa a una competición “importante” en gimnasia rítmica.

¡Hola! Si estás leyendo esto, probablemente sea porque se acerca una competición que consideras IMPORTANTE para tí. Permíteme que comience el post matizando eso de la importancia… 😉

Evidentemente no todos los eventos, torneos, competiciones, etc. son iguales. Los hay de distinto nivel, magnitud o envergadura. Sin embargo, y sobre todo en el caso de la gimnasia rítmica, me gustaría que te hicieses una pregunta. Independientemente de la competición que vayas a afrontar, en lo que a tí respecta, en lo que tú tienes qué hacer: ¿qué hay de diferente con otras competiciones? ¿O incluso con tus entrenamientos?

Aunque tu primera respuesta pueda ser del tipo: “es que es un clasificatorio”, o “es que es un campeonato de España”, o “las jueces”, o “el número de participantes”… realmente, ¿esto cambia lo que TÚ tienes que hacer? La respuesta es NO.

El tapiz en el que competirás será de las mismas dimensiones que cualquier otro. Tu ejercicio o ejercicios serán los mismos que tanto has entrenado, con ilusión y entrega. La misma música, aparatos, elementos… Nuestra concentración y rendimiento dependerán en gran medida de cuánto nos concentremos en todo lo que depende de nosotros y está en nuestra mano, o en el resto con las que poco o nada podemos hacer.

A pesar de todo ello, la semana previa a cualquier competición puede generar nervios o emociones que nos hagan sentir dudas, miedos o inseguridades. Aunque son normales, y muy pocos deportistas se libran de ellas, es importante aprender a minimizarlas y a gestionarlas debidamente. Para ello, en este artículo te cito algunas recomendaciones para que tu semana precompetitiva sea mucho más llevadera, y puedas llegar al evento en las condiciones óptimas para desplegar tu mejor rendimiento.

En primer lugar: mantén tus rutinas. Sobre todo las referidas al entrenamiento. La competición puede requerir ajustes en las intensidades o distribución del trabajo en los entrenos, pero no por ello deben modificarse sustancialmente. Todo lo contrario. En la medida de las posibilidades, mantén horarios, rutinas y la línea de trabajo habitual. Esta línea debe venir definida por sesiones en las que prime la calidad, y no la cantidad, y estén orientadas a la competición. Ya sabes: “compites, como entrenas”.

Cuida tu entrenamiento invisible. ¿Y esto qué es? Pues básicamente, lo que haces entre un entrenamiento y otro. Lo que no se ve, pero que tanto influye.

  • Descansa lo suficiente. El descanso es crucial para la recuperación y para asegurarte de que estás al 100% durante la competición. Asegúrate de dormir las suficientes horas que te permitan recuperar la carga diaria. Evita acostarte demasiado tarde.
  • Cuida tu dieta e hidrátate. La nutrición es clave para un rendimiento óptimo en la competición. Así que asegúrate de mantener una dieta equilibrada que te aporte los nutrientes necesarios y te permita llegar al rendimiento óptimo. Bebe mucha agua.
  • Mímate. Sesiones adicionales de estiramientos, fisioterapia, crioterapia y otro tipo de técnicas te servirán para mejorar la recuperación entre sesiones y son una muy buena fórmula para afrontar el estrés tanto físico como psicológico.
  • Practica técnicas de relajación. Mindfulness, yoga, respiraciones conscientes, relajaciones progresivas musculares, etc. Haz uso de estas herramientas que favorecen el autocontrol y mejoran el rendimiento durante la competición.
  • Haz uso de la visualización. Esta técnica nos permite recrear mentalmente situaciones de éxito. Repasa tu ejercicio elemento a elemento, escuchando la música y conectando con las sensaciones que te aportan seguridad. Siéntelo y visualízate disfrutando de lo que haces.

Revisa tus logros. Una buena fórmula de aumentar nuestra motivación y seguridad es rememorar algunos de nuestros logros más importantes. No solo el logro en sí, sino qué emociones y sensaciones me produjo, y qué capacidades son las que me hicieron llegar a conseguirlos. Ser conscientes de nuestras actitudes y aptitudes nos ayudará a recordar los recursos de los que disponemos de cara a la competición. Ten a la vista alguna foto, medalla o recuerdo de momentos importantes para ti, que te inspiren y te hagan sentir feliz y capaz.

Háblate bien. Mantén un diálogo optimista y cordial contigo misma. Valórate y trata de gestionar los pensamientos más negativos. Sustitúyelos por afirmaciones que te orienten hacia la solución y no hacia el problema.

En resumen. Cuídate. Mental y físicamente. Evita tanto sobreesfuerzos como estrés o discusiones innecesarias. Disfruta de la sensación de ver que se acerca el momento para el que te has estado preparando. Convierte tu semana previa a la competición en un ritual emocionante, motivador y planificado. Rodéate de quienes te apoyan. Escucha tu música favorita, y sobre todo, disfruta del proceso. El éxito no radica exclusivamente en el resultado final, sino en lo que aprendemos y conseguimos día a día.

Si tras leer este artículo, todavía te surgen dudas, o necesitas ayuda en alguno de los pasos, contacta conmigo y diseñaremos un plan precompetitivo a tu medida.

Vamos con todo, ¡y a por todas! La diferencia, la marca tu actitud.

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