SIGUE BUSCANDO
Como cuando éramos niñ@s. Exactamente igual.
Con el mismo empeño que tras comerte deprisa un polo de naranja, fresa o limón y buscar en el palo el premio, no encontrabas más que esas dos tristes palabras, y te apresurabas entonces en buscar fuera como fuese, el modo de conseguir un nuevo helado. Seguías buscando, ¡había miles de premios!
Con el mismo tesón que ponías en que te diesen el dinero para comprar un chicle más, «el último», cuando buscabas con ansia en el envoltorio un nuevo regalo y no encontrabas más que ese «sigue buscando».
Exactamente igual que tras vaciar por completo una bolsa de patatas sin apenas saborearlas y rebuscar entre ellas el ansiado regalo en una pequeñísima tarjetita que habías de rascar y en la que leías con tristeza las fatídicas palabras; retomabas tus estrategias más elaboradas para inventar una excusa que te permitiese hacerte con una nueva bolsa y seguir buscando.
No importaba si tu estómago no daba para más, pero pedir otra Fanta de naranja alegando que tu herman@ se había bebido la tuya o se te había caído al suelo era otra de las estrategias para volver a tener la esperanza de encontrar bajo la chapa tu ansiada recompensa.
Y qué hay de los sobres llenos de cartas, tarjetas o pegatinas para completar un álbum. Daba igual si de monstruos, dibujos o futbolistas, cientos de cartas repetidas, y sin embargo ¿cesaba tu insistencia por conseguir un sobre más? ¡Nunca! Seguías buscando…
Jugábamos al escondite. Ponías toda tu atención en recorrer cada metro, en escudriñar cada rincón, y faltaba alguien por encontrar. Seguías buscando. Otra vuelta más, cada lugar en el que ya habías mirado pero que había que volver a comprobar. Y si aun así no aparecían, eras capaz de reinventar las normas, de proponer un nuevo comienzo, de parar el juego con un «no vale» y volver a empezar con tal de no darte por vencid@. Una estrategia más de seguir buscando…
Y para qué hablar del amor. Cuantas veces te han rechazado un beso, han apartado la cara, o has recibido un no por respuesta. ¿Y qué hacías? Inventar las una y mil artimañas hasta salir con la tuya y conseguir, o robar, el beso que tanto ansiabas.
¿Y ahora? ¿Sigues buscando con el mismo ímpetu, la misma ilusión y las mismas ganas? ¿Reinventas una y todas las veces que sea necesario tu historia para conseguir lo que quieres? ¿Ahora lo sigues intentando?
Haz de cada día el reto, de seguir buscando… es la única forma de ENCONTRAR.