ELLAS.

ELLAS.

Pocas sensaciones son comparables al bienestar que uno siente cuando llega a casa. Da igual si hace días que saliste, horas o sólo unos minutos, llegas a ese entorno donde todo es conocido, y donde eres más tú. Ahora, con el frío, esa sensación se acrecienta, y con chimenea, calefacción o sin ellas, traspasar el umbral es verse envuelto en un acogedor halo que sientes como tuyo.

En alguna ocasión he llegado a pensar que no había nada mejor, pero cada día me doy más cuenta de cuánto me equivocaba. Nada es comparable a lo que siento al abrir la puerta y ver que ahí están ellas.

Dos sonrisas perfectas que hacen que algo indescriptible me recorra por dentro. Un impar escalofrío que me llena de felicidad. Dos miradas de brillo, de ilusión, de amor, que me se me clavan en ojos y despiertan todo mi cariño, ternura y comprensión. Todo eso y mucho más son ellas.

Mi felicidad se vio multiplicada desde el momento en que supe que seríamos un@ más. Ese sentimiento no ha dejado de crecer, y se agranda exponencialmente cada día, cada momento que disfruto a vuestro lado, cada vez que siendo tres, somos uno.

Y por eso quiero más de todo junto a vosotras; más juegos, más sonrisas, más canciones, más fotos, vídeos, miradas chorradas y momentos. Porque sois vida y me dais vida.

Porque verte crecer es unirnos más. Porque compartir contigo la experiencia más bonita de mi vida me hace más consciente de lo feliz que soy a tu lado. Porque diga lo que diga, o escriba lo que escriba, nada es ni será comparable a lo que siento sólo con miraros.

Julia, Candela, gracias por ser mi todo. OS QUIERO.

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2 comentarios

  1. anaorganic dice:

    Lo que está cambiando, desde mi más humilde punto de vista, es que cada vez, cuando leemos algo, nos gusta sentirlo cerca. Me explico, cero tecnicismos, mucha empatía , mucha verdad verdadera (de la buena, por si no ha quedado claro, ;)). Este post hizo que se me pusiera una sonrisa en la cara de oreja a oreja (todavía recuerdo cuando comentabas en aquel taller que tu mujer estaba embarazada). En fin, y se hizo el milagro y tienes esas dos maravillosas sonrisas que te acompañan en este viaje que se llama vida. A disfrutarlo y gracias otra vez. Ah, reconozco que se me saltaron un poco las lágrimas, fue poca cosa, jajajajja.

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