CARTA ABIERTA AL MUNDO ARBITRAL

CARTA ABIERTA AL MUNDO ARBITRAL

Queridos árbitros, a algun@s en particular, y a tod@s en general.

Después de un fin de semana movidito deportivamente hablando, me veo en la obligación de dirigirme a ustedes y además, compartir mi opinión con quienes gusten de leer lo que escribo. Trataré, desde ya, de no tirar de entrañas y pasar por el filtro del análisis y la paciencia lo que deseo expresar. Ahora bien, no puedo asegurarles que sea así hasta el final de estas líneas; discúlpenme si no lo consigo.

Admiro y valoro en gran medida su trabajo, la dificultad y responsabilidad que desarrollarlo con eficiencia conlleva, y reconozco lo necesario de su presencia y actuación, sea en el deporte o disciplina que sea. Reconozco que no quiero para mi ni para los míos la presión a la que su figura se ve sometida partido a partido, competición tras competición, jornada tras jornada. Insultar o amenazar, e incluso agredir, es fácil para muchos, recibir ese tipo de improperios, miradas y demás, supongo será para ustedes, nada agradable. Nunca justificaría un comportamiento así hacia NADIE; ¡pero es que a veces…!

Desconozco si es vocación lo que les hizo decidirse por esta disciplina, pero en algunos casos, y no quiero señalar… me disculparán el atrevimiento pero se me antoja más una cuestión de frustración, falta de autoestima o necesidad de protagonismo, que me hace preguntarme para qué están algun@s de ustedes aquí.

No cuestiono en absoluto su experiencia, ni entrega, ni experiencia, preparación o valoración, no soy tan osado. Sin embargo si les pediría me contestasen a una pregunta: a veces, en su ardua labor por mantener el correcto desarrollo de la competición… ¿en qué coño están pensando?

Por supuesto que sus decisiones son susceptibles de error, ¡faltaba menos! Pero ante algunas de ellas… ¡uff! Uno se pregunta ¿por qué no también son susceptibles de enmienda o rectificación?

Me ha parecido admirable cuando alguna vez, pocas para ser sincero, he visto a un@ de ustedes retractarse de su actuación, pedir disculpas, o cambiar de opinión en una milésima de segundo. Es plausible ver que alguien de su gremio tiene la capacidad y humildad de reconocer un error, de modificar un determinado criterio y solucionar algo en lo que se equivocaron. ¡Eso si que pone a un estadio o pabellón de pie! Eso si hace de su figura ante el espectador y el deportista de un personaje más respetable y necesario.

De sus decisiones dependen muchas cosas, y a veces créanme, el resultado es lo de menos. De sus decisiones depende el trabajo de mucha gente, su esfuerzo y su sacrificio. De lo que usted dictamina en un determinado momento del juego depende gran parte de lo que seguidamente vendrá. Evidentemente en cada decisión alguien saldrá beneficiado y alguien perjudicado, pero recuerden que somos deportistas, y que si esa decisión es la correcta, la aceptaremos, nosotros si sabemos ganar, y perder.

El problema es que a veces ustedes olvidan esto, y solo les vale ganar. Ganar en orgullo, en soberanía o dictadura tal vez, no lo se. Ganar en chulería, en desprecio, o simplemente ganar algo ya que en su vida es lo único que creen que podrá alcanzar. Les adelanto que no es así, tal vez, simplemente estén siguiendo el camino equivocado hacia su éxito personal. Busquen, cambien algo en su vida, y acabarán encontrándolo.

Y créanme que es algo así lo que desde la grada se percibe. Y resulta triste, muy triste. Para el que está ahí abajo, porque su trabajo pasa a valer nada, porque su esfuerzo se ve quebrantado por la parcialidad, el amiguismo, el miedo o la dejadez. Y para el que está afuera, por que no pagó o dedicó su tiempo para ver cómo alguien olvida que cuanto más desapercibido pase, mejor está siendo su trabajo.

Señor árbitro, si es usted amigo, socio, simpatizante o colega de uno de los dos equipos, por favor, renuncie a ese encuentro. Si le puede la impotencia, la rabia, la animadversión hacia algún deportista y no se siente capaz de controlarla, puede que su actitud para dirigir no sea la más adecuada; por favor, replantéeselo antes de jugar con la ilusión de nadie.

Si lo que siente es frustración, consulte con un especialista. Si quiere protagonismo, la televisión le ofrece una gran variedad de programas en los que usted podrá ser lo más de lo más.

Señores jueces, árbitros, colegiados y demás, ¡un poquito de por favor!

¡Ah! Y esperen, porque no soy de generalizar, y al igual que por suerte ni todo el mundo es como yo, ni yo soy como el resto del mundo, se que muchos de ustedes realizan cada semana un trabajo ejemplar, así que si nada de lo anterior le ocurre, si ama su trabajo, si lo vive y se esfuerza cada día por ser mejor, si entrena, estudia y se preocupa como hacemos los demás por sentirnos satisfechos con lo que hacemos, de corazón: GRACIAS. Gracias y ENHORABUENA, por que los que amamos el deporte, los que damos la vida por él, los que educamos y aprendemos mediante él, necesitamos más personas como usted.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

WhatsApp ¿Hablamos por Whatsapp?