Dieciséis semanas.
O cuatro meses. Lo de menos es la forma de decirlo. Lo que de verdad cuenta son la infinidad de sentimientos que me recorren por dentro cada día desde el momento que entre lágrimas te vi por primera vez.
Ayer cumplías tu primer tercio de año y parece como si llevases entre nosotros toda la vida. No es fácil, la verdad, adaptarnos a todo lo que conlleva que estés aquí, y sin embargo, es la dificultad más bonita ante la que me he encontrado nunca.
Sacas de mamá toda su ternura, su ilusión y su emoción. Haces que con tu sonrisa todo sea más fácil y los problemas desaparezcan y se pierdan entre tus balbuceos. Tus ojos cerrados y tu respiración pausada al dormir nos da la paz y el sosiego que a veces tanto necesitamos. Cada gesto, cada logro, cada novedad con la que nos sorprendes a cada despertar son el motivo de hacerlo con más y más ilusión.
Por todo eso, y porque es un día especial para ti, GRACIAS.
Verte crecer es mi felicidad. Verte feliz es nuestro deseo. Eres vida. Me das vida. Nos das vida.
Felicidades Candela.